Como tod@s sabéis, para el próximo miércoles 26 de octubre hay convocada una huelga general en la educación pública. El motivo de la movilización no es otro que exigir la retirada de las reválidas que comenzarán a aplicarse este curso (como prueba piloto), cumpliendo los calendarios que fija la LOMCE. Y os pedimos que os suméis tanto a la huelga como a la manifestación convocada por la tarde.
En España, ya tuvimos reválidas, pero se abolieron en 1970. Lamentablemente, 46 años las quieren recuperar. Se trata de un modelo pedagógico anticuado, ya que están concebidas como barreras para el alumnado, limitando así el derecho a la educación. Su objetivo final no es otro que restringir el acceso de l@s chic@s al Bachillerato y a la universidad.
Son cuatro las reválidas previstas en la LOMCE: dos en Primaria (3º y 6º), una al final de la ESO y otra al acabar Bachillerato. Las de Primaria son meramente informativas y no es necesario aprobarlas para titular. No ocurre así con las de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato. Si no se superan, no se obtendrá el título. Esto implica que alumn@s que hayan estado esforzándose cuatro o dos años para aprobar, se quedarán en un limbo educativo sin la titulación académica exigida. La única opción para ell@s será la Formación Profesional básica, donde irá acumulándose el alumnado menos brillante o con más dificultades (el sistema educativo tampoco tiene recursos para ayudarles).
Estas pruebas externas cuentan con el rechazo de la comunidad educativa, de 13 comunidades autónomas y de todos los partidos políticos, excepto el PP. Otro factor a tener en cuenta es el negocio que supondrá para las empresas que realicen dichas pruebas.
Por último, una reflexión sobre la manera en la que se han aprobado las reválidas. Se les dio luz verde el pasado 29 de julio (Real Decreto 310/2016), en pleno verano y con un gobierno en funciones. Un gobierno que lleva un año sin someterse al control del Parlamento, sin duda una anomalía democrática (la última sesión de control fue el 21 de octubre de 2015).
El actual Gobierno en funciones ya ha perdido dos votaciones en el Congreso, en las que se pedía la derogación de la LOMCE y la retirada de las reválidas (en abril y en octubre de 2016). Sin embargo, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha hecho caso omiso, olvidando que ya no tiene la mayoría absoluta que le permitió aprobar la nefasta LOMCE en el año 2013.
